PYME CONTRIBUYE AL PBI
Sustentada principalmente en nuestras exportaciones primarias, pero también en el desempeño de los envíos con valor agregado, las exportaciones peruanas demuestran que son un importante motor de crecimiento, al punto que entre los años 2000 y 2007 contribuyeron en 1.6% al crecimiento del PBI Real que alcanzó los US$ 174,328 millones el año pasado y que creció en promedio 5% (entre el 2000 y el 2007), señaló la Asociación de Exportadores (ADEX).
El presidente del gremio exportador, José Luis Silva Martinot, destacó el aporte de la cadena exportadora que en su mayor parte son Pyme que con su trabajo contribuyó con el 32% (1.6% de 5%) al crecimiento porcentual del PBI Real. Indicó que en el caso hipotético que las exportaciones del 2007 (US$ 27,739 millones 799 mil), hubiesen sido las mismas que el año 2000 (US$ 6,865 millones 514 mil), el PBI Nominal habría cerrado el año pasado en US$ 87,045 millones, es decir, habría sido menor en US$ 22,174 millones.
“Las cifras confirman que el esfuerzo de la cadena exportadora no ha sido en vano. De no haber mantenido un ritmo de crecimiento constante, que se mantuvo por encima de los dos dígitos entre el 2000 y el 2007, nuestro PBI real hubiera sido menor en cerca de 20%, y por ende, cada uno de los peruanos también tendríamos menores ingresos, además de un PBI per cápita mucho menor”, subrayó.
PBI PER CÁPITA
Y es que, según un cálculo realizado por la Gerencia de Estudios Económicos de ADEX como parte de su estudio ‘Las exportaciones y el crecimiento económico’, en caso las exportaciones peruanas no hubieran tenido un ritmo de crecimiento sostenido, el PBI per cápita, que hoy es igual a US$ 3,870 habría sido sólo US$ 3,084. “Eso significa que cada peruano ha ganado US$ 786, clara muestra de que sus ingresos mejoraron”, dijo el líder exportador.
Sin embargo, Silva Martinot precisó que para mantenerse en esa ruta de crecimiento, el Perú debe dar pasos seguros que permitan enfrentar las amenazas que se presentan tanto en el frente interno como el externo. Sugirió por ello que la situación económica sea evaluada, debido a su vinculación con ella, dentro del contexto de la economía internacional mediante compromisos cada vez más amplios y sólidos (acuerdos bilaterales, TLC, ACE, entre otros).
IMPORTANTE
Puntualizó que si bien a nivel micro (por sectores) se enfrentan serios problemas, a nivel macro la evaluación debe considerar tres elementos: la inflación que preocupa a los países desarrollados y en especial a los países asiáticos; la recesión, de la cual EE.UU. parece salir gracias al crecimiento de sus exportaciones, no sin antes contagiar a Europa y Japón; y, la crisis financiera que tendría una extensión internacional que ya ha obligado a las entidades financieras a ser muy cautas en sus inversiones.
“En este contexto, el control de la inflación peruana debe tener una meta objetiva y un procedimiento estratégico. La meta objetiva de corto plazo debe apuntar a mantener una tasa de inflación inferior a la que registran los países con los que tenemos relaciones comerciales estrechas. Para ello, el BCR y el MEF tienen que ser muy aplicados en la modulación de la demanda interna mediante políticas restrictivas en el gasto y en la generación de liquidez. Bajo estas condiciones seguiremos manteniendo nuestra competitividad frente al resto de países”, apuntó.
Sostuvo que la lucha contra la inflación tiene un efecto recesivo no deseado porque para muchos países se convierte en un dilema en el que deben elegir entre inflación o recesión. Y aunque, en su opinión, el Perú está lejos de una recesión, dijo que para nuestros objetivos de desarrollo, uno o dos puntos porcentuales menos de crecimiento, pueden afectarnos en el futuro. En ese sentido planteó que la estrategia más recomendable se base una combinación de medidas que moderen la demanda interna y acciones que promuevan la demanda externa.
El presidente del gremio exportador, José Luis Silva Martinot, destacó el aporte de la cadena exportadora que en su mayor parte son Pyme que con su trabajo contribuyó con el 32% (1.6% de 5%) al crecimiento porcentual del PBI Real. Indicó que en el caso hipotético que las exportaciones del 2007 (US$ 27,739 millones 799 mil), hubiesen sido las mismas que el año 2000 (US$ 6,865 millones 514 mil), el PBI Nominal habría cerrado el año pasado en US$ 87,045 millones, es decir, habría sido menor en US$ 22,174 millones.
“Las cifras confirman que el esfuerzo de la cadena exportadora no ha sido en vano. De no haber mantenido un ritmo de crecimiento constante, que se mantuvo por encima de los dos dígitos entre el 2000 y el 2007, nuestro PBI real hubiera sido menor en cerca de 20%, y por ende, cada uno de los peruanos también tendríamos menores ingresos, además de un PBI per cápita mucho menor”, subrayó.
PBI PER CÁPITA
Y es que, según un cálculo realizado por la Gerencia de Estudios Económicos de ADEX como parte de su estudio ‘Las exportaciones y el crecimiento económico’, en caso las exportaciones peruanas no hubieran tenido un ritmo de crecimiento sostenido, el PBI per cápita, que hoy es igual a US$ 3,870 habría sido sólo US$ 3,084. “Eso significa que cada peruano ha ganado US$ 786, clara muestra de que sus ingresos mejoraron”, dijo el líder exportador.
Sin embargo, Silva Martinot precisó que para mantenerse en esa ruta de crecimiento, el Perú debe dar pasos seguros que permitan enfrentar las amenazas que se presentan tanto en el frente interno como el externo. Sugirió por ello que la situación económica sea evaluada, debido a su vinculación con ella, dentro del contexto de la economía internacional mediante compromisos cada vez más amplios y sólidos (acuerdos bilaterales, TLC, ACE, entre otros).
IMPORTANTE
Puntualizó que si bien a nivel micro (por sectores) se enfrentan serios problemas, a nivel macro la evaluación debe considerar tres elementos: la inflación que preocupa a los países desarrollados y en especial a los países asiáticos; la recesión, de la cual EE.UU. parece salir gracias al crecimiento de sus exportaciones, no sin antes contagiar a Europa y Japón; y, la crisis financiera que tendría una extensión internacional que ya ha obligado a las entidades financieras a ser muy cautas en sus inversiones.
“En este contexto, el control de la inflación peruana debe tener una meta objetiva y un procedimiento estratégico. La meta objetiva de corto plazo debe apuntar a mantener una tasa de inflación inferior a la que registran los países con los que tenemos relaciones comerciales estrechas. Para ello, el BCR y el MEF tienen que ser muy aplicados en la modulación de la demanda interna mediante políticas restrictivas en el gasto y en la generación de liquidez. Bajo estas condiciones seguiremos manteniendo nuestra competitividad frente al resto de países”, apuntó.
Sostuvo que la lucha contra la inflación tiene un efecto recesivo no deseado porque para muchos países se convierte en un dilema en el que deben elegir entre inflación o recesión. Y aunque, en su opinión, el Perú está lejos de una recesión, dijo que para nuestros objetivos de desarrollo, uno o dos puntos porcentuales menos de crecimiento, pueden afectarnos en el futuro. En ese sentido planteó que la estrategia más recomendable se base una combinación de medidas que moderen la demanda interna y acciones que promuevan la demanda externa.
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